Chapter 615
Chapter 615
Capítulo615
-En resumen, nunca permitiré que esa cosa estúpida se convierta en mi cuñada. Será su muerte o la mia- dijo Jimena con rabia mientras abria la puerta del coche. Al ver que Ramón no se movía,
lo miró con sorpresa y preguntó: -¿No vienes conmigo?
-Lo siento, señorita. Después de todo, es alguien cercano al joven Rodrigo, no sería apropiado
intervenir-respondió Ramón con una expresión incómoda. Content provided by NôvelDrama.Org.
-Está bien, lo entiendo. Lo que hagas por mi, nunca será revelado a nadie. Pero de ahora en
adelante, debes mantener un ojo en cada movimiento de mi hermano mayor- advirtió Jimena con
una mirada sombría, que no coincidia con su apariencia, -Hiciste un buen trabajo esta vez, no te
decepcionaré.
Ramón afirmó frenéticamente, mostrando su lealtad. Estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por
usted señorita.
Jimena bajó del coche y cerró la puerta con fuerza, murmurando en voz baja: -Si no fuera por tu
utilidad, ni siquiera me molestaría en hablarte.
Jimena, acompañada de varios guardaespaldas y su secretaria, llegó al frente de la villa con
determinación y golpeó la puerta con fuerza.
Una criada corrió hacia la puerta y, al ver a Jimena, su expresión se volvió rígida y su voz
temblorosa: -Señorita, ¿qué estás haciendo aquí?
-¿Está Rodrigo adentro? – Jimena ya estaba perdiendo la paciencia al ver que incluso la criada
había sido enviada a cuidar a Noa.
-El joven Rodrigo no está en casa- dijo la criada, claramente nerviosa.
-¿Y esa maldita Noa? Seguro que está aquí, ¿verdad? – Jimena estaba furiosa y su voz se elevó.
-Señorita, el joven Rodrigo dio órdenes claras. Sin su permiso, nadie puede entrar a la villa- dijo la criada con firmeza, aunque estaba claramente asustada.
-Has trabajado en la familia Rodríguez durante más de una década, y si no te apartas, no seré
amable contigo- amenazó Jimena.
-Lo siento mucho, señorita, pero solo obedezco las órdenes del joven Rodrigo. Por favor, devuélvase
– respondió la criada, fiel a su deber.
Jimena gritó en un ataque de ira y pateó la puerta. -¡Ábreme la puerta!
Finalmente, con la ayuda de los guardaespaldas, lograron abrir la puerta, y la criada también fue
controlada.
Jimena, con su secretaria a cuestas, entró en la sala con una expresión llena de ira. ¡Noa! ¡Maldita
perra!
Noa estaba sentada en el sofá en ese momento, viendo dibujos animados y jugando con el perro.
Cuando vio a Jimena entrar de repente, su sangre se heló y su rostro se volvió pálido como el
papel. Se encogió rápidamente en una esquina del sofá, abrazando su cabeza con ambos brazos.
-No me golpees, por favor, no me golpees- suplicó Noa, temerosa.
-¡Es por tu culpa que esto sucede! ¿Cómo te atreves a seducir a mi hermano mayor, tú cosa asquerosa y estúpida? – Jimena la insultó mientras se acercaba. Agarró el cabello de Noa con una
mano y la abofeteó con fuerza en la cara con la otra.
Noa apenas se estaba recuperando de la herida en el oído y ahora estaba sufriendo un fuerte dolor
en la cara. Sudaba frio y su expresión era muy lamentable.
-¡Sácala de aquí! ¡Esta es la casa de mi hermano mayor, y es mi casa! No te permito estar aquí- gritó Jimena, y su secretaria actuó de inmediato, agarrando el brazo de Noa y tratando de sacarla.
El perro, al ver que maltrataban a Noa, se enfureció por completo. Sus ojos se enrojecieron y se
lanzó sobre la secretaria, mordiendo su brazo