Chapter 524
Chapter 524
Capítulo524
-Protegerla era mi deber. Lo que mencionaste hace un momento, nunca lo había considerado- Alejandro cerró lentamente los ojos mientras una sensación de dolor apretaba su pecho. -En realidad, le debía mucho, y ahora, solo estoy tratando de compensar los errores que cometí en los
últimos tres años.
-¿Estás tratando de compensarlo con tu vida?
-¿O tal vez con dinero? La familia Pérez ciertamente no carece de dinero-Alejandro arqueó una
ceja.
Rodrigo pasó su mano por la cabeza. Sí, su familia era extremadamente adinerada.
Alejandro recordó el bello rostropálido y ensangrentado de Clara, en sus brazos, y sintió un dolor
incontrolable en su interior. ¿Había despertado? ¿Había bajado la fiebre? ¿Tenía fracturas después
de colgar en el acantilado durante tanto tiempo? Todos sus pensamientos estaban llenos de ella.
Alejandro tomó una respiración profunda, apretando las sábanas con fuerza, como si estuviera
reprimiendo un impulso que estaba a punto de explotar en su pecho.
¿Se había enamorado de ella?
¿Realmente se había enamorado de ella?
Alejandro sintió un cosquilleo en la garganta, su corazón latía más rápido, su respiración se volvía más pesada y dos rubores aparecieron en sus mejillas pálidas y guapas.
-Alejandro, ¿por qué estás sonrojado? ¿Tienes fiebre? – Rodrigo extendió su mano para tocar su frente, pero Alejandro le dio un fuerte golpe en la mano, causando que Rodrigo se quejara de dolor. - ¡Eso dolió! Pero parece que todavía tienes fuerza, así que supongo que estás bien. This belongs to NôvelDrama.Org.
En ese momento, alguien golpeó la puerta apresuradamente. Sin esperar una respuesta, la puerta de la habitación se abrió bruscamente. César entró rápidamente, hizo una inclinación apresurada y estaba a punto de decir algo, pero la voz fría y penetrante de Clara lo interrumpió.
-Alejandro, ¿por qué, estando gravemente herido, te trasladaste a otro hospital sin decirme nada? ¿ Por qué hiciste algo así?
Clara entró ante la vista de los dos hombres con Aarón apoyándola, una presencia impactante. Había tomado una ducha y vestía un vestido azul claro debajo de un elegante abrigo de lana
corazón de Alejandro.
Con su mentón en alto y sin mostrar signos de enfermedad, Clara avanzó con determinación, su
aguda silueta acentuada por sus afilados tacones. Brillaba desde la cabeza hasta los pies, y sus
ojos se posaron fríos en Alejandro.
Era como si la intensa noche que compartieron, llena de emociones y besos apasionados, hubiera
desaparecido por completo.
El hombre apretó los labios resecos y frunció el ceño, sintiéndose incómodo por dentro.
-Te estoy haciendo una pregunta, respóndeme-Clara, aunque sin expresión en su rostro, había estado observando atentamente su aspecto deteriorado, lo que la hizo aún más molesta. -Has estado ocultando la gravedad de tu herida y evitándome. ¿Qué me estás tratando de esconder?
Rodrigo sesintió un poco intimidado por la imponente presencia de Clara. ¡Definitivamente era una mujer ejecutiva dominante!
Alejandro se recostó débilmente en el borde de la cama, con una expresión en sus ojos
almendrados que parecía estar llena de tristeza y pesar. Casi parecía una joven esposa que había sido descuidada por su poderoso marido. El ambiente, que antes era tenso, de repente se volvió cómico.
Rodrigo no pudo contener una risa y soltó una carcajada.