Chapter 517
Chapter 517
Capítulo517
-No te amo más-dijo Clara en el instante en que pronunció esas palabras, aún sentía un dolor real
en su corazón. Sin embargo, estaba acostumbrada a este tipo de dolor. Durante los tres años de matrimonio con Alejandro, había experimentado demasiado sufrimiento y ya se había
acostumbrado.
-Alejandro, ¿qué sentido tiene que preguntes esto ahora? ¿Aún crees que estaré esperándote?
Clara entrecerró sus hermosos ojos; su mirada era frágil y quebradiza, rara vez mostraba tal
ternura, y era desgarrador verla así. -Te he amado durante trece años. Mis hermosos trece años
los dediqué a ti. Ahora realmente no te amo y también tengo miedo de ti.
No solo tengo miedo de ti, también tengo mucho miedo del amor.
Un dolor agudo parecía atravesar el pecho de Alejandro. Sus labios palidecieron y todas las
emociones salvajes y feroces se acumularon en su garganta, sintió que le faltaba el aire.
Se dio cuenta con asombro de lo bajo que había caído. Este matrimonio falso no solo había
desperdiciado su tiempo, sino que también casi había arruinado toda su vida.
-Clara, ¿estás diciendo la verdad? – Alejandro se negaba a aceptar la realidad, sabía que se estaba
humillando a sí mismo al seguir preguntando.
-Sí, todo lo que digo es cierto ahora-Clara sonrió suavemente, su voz era tan ligera como el
viento, pero hacía que su corazón latiera con fuerza. -Cuando dije que te amaba, era verdad.
Cuando dije que no quería divorciarme, era verdad. Las lágrimas que derramé por ti también eran
reales. Pero ahora todo ha cambiado, ya no te amo.
-Clara-Alejandro con los ojos enrojecidos, volvió a tomar su mano. A pesar de que estaba
ardiendo de fiebre, su mano estaba fría como un tempano de hielo.
-Alejandro, agradezco mucho que hayas salvado mi vida esta vez. Me salvaste una vez más, así Content rights belong to NôvelDrama.Org.
que considera que Clara te debe un favor. En el futuro, siempre y cuando no hagas demandas
excesivas, te lo devolveré-Clara habló con un tono distante y palabras frías.
Lo que Clara estaba tratando de decir era que después de esto, no quería tener ninguna relación
más con él.
Alejandro quería decir algo más, pero Clara ya se había apoyado en su hombro y se había quedado
dormida.
Su pequeña cara, hermosa como un rubí, estaba sonrojada, sus largas pestañas se movian, su
frente estaba cubierta de sudor, y la forma en que dormía en sus brazos parecía un conejito
tranquilo y adorable.
El corazón del hombre latía fuertemente y, sin poder evitarlo, la abrazó con más fuerza. Hubo
innumerables ocasiones en que podría haber hecho esto en el pasado. Ahora, solo podia valorar
este raro momento de soledad.
La radio de comunicación ya no podía conectarse con nadie, y el teléfono móvil no tenía señal.
Aunque Alejandro deseaba desde lo más profundo de su corazón pasar más tiempo con Clara, ella
tenía una fiebre alta en ese momento. Si retrasaban su atención médica durante toda la noche,
podría haber problemas graves en su salud.
Alejandro estaba muy nervioso y continuamente probaba la temperatura ardiente de Clara con la palma de su mano. Estaba preocupado por ella y su mente estaba inquieta. Además de tratar de
reducir la fiebre de Clara, también necesitaba encontrar una manera de enviar una señal para que
el helicóptero y el equipo de rescate de la guardia forestal los encontraran lo antes posible.
Finalmente, Alejandro salió bajo la lluvia durante mucho tiempo antes de encontrar ramas secas.
Utilizando las habilidades de supervivencia que había aprendido en el ejército, logró encender un
fuego con destreza. Hizo una pila de fuego en la entrada de la cueva como una señal de socorro y
encendió otro fuego dentro de la cueva para mantener caliente a Clara.
La luz naranja del fuego iluminó el pequeño rostro de la joven, que era del tamaño de su mano. Parecía pacífica y serena, su piel de porcelana brillaba suavemente bajo la luz del fuego, y su
rostro estaba rosado y sin imperfecciones.
Alejandro miraba cada vez más profundamente, y sus ojos ardían como las llamas mientras
trazaban suavemente su rostro.
–
-Alejandro… De repente, Clara murmuró su nombre en un sueño, con la mente en otro lugar, y
sus labios secos se movieron mientras pronunciaba el nombre del hombre.
-Clara, estoy aquí- Alejandro tenía la mirada ardiente, arrodillándose ante ella con una rodilla. -¿
Te sientes más cálida?
-Alejandro, ¡sí que eres un imbécil! – Clara murmuró con los ojos cerrados mientras soñaba, agitando ligeramente sus manos sucias y le dio a Alejandro una pequeña bofetada.
Alejandro apenas sintió el golpe, ya que Clara estaba enferma y no tenia fuerzas.