Enamorándome de mi esposa provisoria

Capítulo 55



Capítulo 55

Capítulo 55

M asi Kathleen nunca había hecho ningún truco. Observo, en silencio y con tristeza, cómo Samuel amaba y

mimaba a otra mujer.

Mantenia sus emociones reprimidas. Cuando se sentia triste, solo se escondia y lloraba.

Ella nunca había hecho nada odioso.

Hasta que un dia, Diana descubrió sus sentimientos por Samuel y vio a través de ella.

– Niña tonta, ¿por que no me lo dijiste? -Diana estaba enloquecida.

No habia pedido la opinión de Kathleen cuando dispuso el envio de Nicolette. Utilizando la vida de Nicolette como amenaza, obligó a Samuel a reunirse con Kathleen.

Samuel se comprometió con la condición de que la identidad de Kathleen no fuera revelada.

Diana sabia lo que Samuel estaba planeando, pero no dijo nada y aceptó.

A Kathleen, que se caso con Samuel en medio de la confusión, no le importo. Supuso que acabaria calentando el corazón de Samuel. Ella creia que, algún día, Samuel le devolvería sus sentimientos; sin embargo, ese dia nunca llegaria.

Por mucho que le gustara a Samuel, queria más a Nicolette.

Kathleen tenia su orgullo.

Se nego a ser la odiada.

Ella se iria para que los amantes pudieran estar juntos.

– No sabes lo mucho que Nicolette significa para mi -dijo Samuel solemnemente-. Kathleen, aunque no me case con ella, no puedo ignorarla por el resto de mi vida.

Kathleen sintió un fuerte dolor en el corazón.

Ella lo sabia.

-Me cai a un rio cuando tenia trece años. Nicolette fue quien me salvo. -Samuel la miró con una frialdad helada en su mirada-. Le debo la vida.

Kathleen se quedó helada,

Esto fue una sorpresa. NôvelDrama.Org: text © owner.

En otras palabras, Nicolette, de diez años, habia salvado a Samuel, de trece.

Así es como empezó su relacion,

-Asi, es aún menos probable que ustedes dos rompan -A Kathleen le dolió el corazón. Su delicado rostro palideció considerablemente.

Samuel no dijo nada. Se limitó a mirarla en silencio.

Después de un largo rato, hablo.

– Kathleen, la que me gusta ahora eres tú.

– Jaja -las lágrimas de Kathleen rodaron por sus mejillas-. Te gusto ahora, pero no puedes soportar dejar ir a Nicolette. ¿Qué debo hacer, Samuel? ¿Quieres que pague esa deuda de vida junto contigo?

Samuel fruncio las cejas.

-¿Eres digno? – Kathleen gruno.

Su expresión se volvió sombria.

– Kathleen, como he dicho, tienes que darme tiempo. No puedes forzarme asi.

-Ya he dicho que, por mucho tiempo que le dedique, el resultado final nunca cambiará. -Kathleen miró su rostro oscurecido y apuesto-. Samuel, dejemos de luchar. Divorciémonos.

Samuel se levantó y le dedicó una mirada fria.

-¡Ni siquiera lo pienses!

A continuación, tomó la chaqueta de su traje y se marchó enfadado.

Kathleen se sentó en la silla con cuidado, y con las manos bajas. Nunca le habia dolido tanto el corazón.

Por otro lado, Samuel salió a dar una vuelta solo.

Bajo las ventanillas para que entrara el viento frio y se calmara.

De hecho, parte de lo que dijo habia salido en un ataque de ira.

Sabia que no sólo sentia algo por Kathleen. Al contrario, le gustaba mucho más Kathleen que Nicolette.

Sus sentimientos por Kathleen también eran mucho más fuertes. Lo que sentía por Kathleen no podia compararse con lo que sentia por Nicolette.

Después de haber luchado durante algún tiempo, Samuel se dio cuenta de por quién sentia algo.

Lo que sentia por Nicolette era solo por responsabilidad. Tenía que pagarle por haberle salvado la vida: no podia ignorarla.

Sin embargo, era en verdad dificil esperar la aceptación de Kathleen.

Por lo tanto, necesitaba un mes de tiempo para persuadirla.

Sin embargo, estaba claro que Kathleen no le había dado un mes. Le habia ofrecido toda una vida.

A cambio, ella estaba decidida a conseguir el divorcio.

Samuel no volvió durante el resto de la noche.

Kathleen siempre se había sentido incomoda cuando estaba sola en casa. No sabía por que se sentia asi. Era bastante preocupante,

Todo el tiempo, ella siempre habia crcido que su sexto sentido era preciso.

Tuvo una corazonada similar aquella vez que Diana tuvo un repentino ataque. Sin embargo, Diana estaba sana la ultima vez que Kathleen la vio. Su pulso estaba blen. No parecía haber nada malo en la anciana.

El resto de la familia también gozaba de buena salud. Si no eran los miembros de su familia, tal vez uno de sus amigos estaba en peligro.

En ese sentido, Kathleen pensó en Benjamin.

Gemma le dijo que Benjamin estaba fuera de peligro. Sin embargo, Kathleen no estaba segura, ya que Benjamin no habia recuperado la conciencia.

Se puso el abrigo, salió de casa y se dirigió al hospital.

El hospital estaba muy tranquilo a una hora tan tardía.

Kathleen se dirigió a la sala de Benjamin con el ceño fruncido.

Por casualidad vio una figura salir de alli.

Kathleen se sobresaltó.

El hombre entro en pánico.

-¿Usted no es médico! ¿Quién es usted? – le miró con rabia.

El hombre no esperaba ser atrapado por Kathleen. Se dio la vuelta y salió corriendo.

-¡Alto ahi!-grito.

El hombre corrió sin mirar atrás.

Kathleen tomó el cubo de basura que tenia al lado y se lo tiró al hombre.

Le dio en la espalda.

– Ay! -grito el hombre con dolor antes de caer al suelo.

Kathleen se adelantó y apuntó con una aguja de plata al ojo del hombre.

-Dime! ¿Quien te ha enviado aqui?

El hombre no esperaba que Kathleen tuviera un objeto tan aterrador con ella. No se atrevio a moverse. Apreto los dientes y miro la aguja de plata en las manos de Kathleen.

«¿Por qué tiene algo así?»

– Quién te envia? -Habia una expresión despiadada en el bonito rostro de Kathleen.

— Nicolette -dijo el hombre con voz ronca.

–¿Que queria ella con Benjamin? – preguntó Kathleen con dureza.

-Ella me dijo que lo matara -respondió el hombre,

Que?

Kathleen se quedó helada de sorpresa.

Su rostro palideció al instante.

-¡Ven conmigo a la comisaria! – Kathleen gruno.

En ese momento, los médicos y las enfermeras llegaron corriendo.

Rapido entraron en la sala de Benjamin.

Kathleen se sobresaltó.

Aprovechando la oportunidad, el hombre empujó a Kathleen y huyó del lugar,

Kathleen queria perseguirlo, pero estaba más preocupada por Benjamin. Por eso, llamó a la policia mientras corria hacia la sala de Benjamin.

La enfermera, que estaba cerrando la puerta, le dijo que esperara fuera.

Gemma habló desde el interior de la sala.

-Doctor, por favor, dejela esperar dentro. Se lo ruego.

A Benjamin le gustaba Kathleen. Quizás estaria bien si supiera que ella estaba aqui.

El médico suspiro.

-Está bien.

Gemma se volvió para mirar a Kathleen.

Kathleen estaba muy agradecida.

Se hizo a un lado mientras observaba como el médico atendia a Benjamin de urgencia.

Benjamin se encontraba en un estado grave. El nivel de oxigeno en su cerebro estaba disminuyendo, mientras que su ritmo cardiaco se ralentizaba.

-Doctor, la presión sanguinea ha desaparecido. -Lacara de la enfermera palidecio.

Miró a Gemma

-¡No! ¡Su corazón aun late! – protesto Gemma con panico.

El médico sostenia el desfibrilador

Se lo habian administrado por tercera vez, pero el ritmo cardiaco de Benjamin seguía bajando. Después de eso, los latidos del corazón de Benjamin se detuvieron. Todos los datos de la pantalla bajaron a cero.

-¡No! – Gemma se desmayo.

Una enfermera se apresuro a apoyarla,

-¡Gemma, despierta!

En los rostros de los médicos y las enfermeras aparecian miradas tristes. Tenian algún conocimiento sobre el pasado de los hermanos.

Su madre habia sido médico en este hospital, y su padre había sido policia. La pareja habia perdido la vida en una catastrofe, dejando atrás a sus hijos.


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