Capítulo 2433
Capítulo 2433
Reclamación
—¿Un nuevo reino secreto? —Jaime se quedó perplejo.
«¿No se crearon estos reinos secretos durante la Batalla Celestial? ¿Cómo pueden aparecer de repente nuevos reinos secretos?».
Al notar la confusión del hombre, Casio se apresuró a explicarle:
—Señor Casas, estos reinos secretos no son fijos ni inmutables. Con cada nuevo reino que se abre, otro se desvanece.
—Pero, ¿quién es el responsable de la creación de estos nuevos reinos secretos? —preguntó Jaime.
Casio negó con la cabeza.
—Eso sigue siendo desconocido. Cada vez que surge un nuevo reino secreto, está lleno de tesoros extraordinarios y rebosa energía espiritual. Es como un paraíso oculto —Tras una breve pausa, continuó—: Así que los conflictos ocurrirán cada vez que surja un nuevo reino secreto.
«Hay cultivadores expertos más allá de los Ocho Reinos Secretos Mayores capaces de crear estos reinos. Tal vez eran los cultivadores del Reino Etéreo de los que hablaba el demonio de sangre».
—¿Cómo es el Reino Etéreo? —musitó Jaime, picado por la curiosidad.
No obstante, era consciente de que sus habilidades actuales eran inferiores a las de los Ocho Reinos Secretos Mayores. Por el momento, no era capaz de aventurarse en el Reino Etéreo.
Todos fijaron su mirada en el extenso vórtice negro. En sus profundidades arremolinadas yacía una extensión desconocida, que ocultaba misterios y peligros potenciales.
Tras un momento de silencio, Quirino dijo con seriedad:
—Todos, la apertura de este nuevo reino representa una tremenda oportunidad para nuestros Ocho Reinos Secretos Mayores. En la búsqueda de la exploración, he tomado la decisión de correr el riesgo y aventurarme en su interior. Les imploro a todos que no entren imprudentemente hasta mi regreso.
Aunque parecía preocupado por el resto de los cultivadores, todos comprendían su verdadera intención. Quería quedarse con los recursos del nuevo reino.
Ser el primero en entrar otorgaría sin duda una ventaja significativa.
Sin embargo, las corrientes arremolinadas y el caos turbulento del vórtice negro encerraban peligros incalculables. Por lo tanto, ser el primero en entrar también significaba correr los mayores riesgos.
Por eso, cuando Quirino se propuso como vanguardia, nadie puso objeciones.
Con todo su poder espiritual en movimiento, Quirino creó un escudo protector a su alrededor antes de ascender con lentitud hacia el vórtice oscuro.
Los espectadores observaron nerviosos cómo se desvanecía en el vórtice. Nôvel/Dr(a)ma.Org - Content owner.
—¡Ahh!
Sin embargo, un grito desgarrador rompió el silencio cuando el cuerpo de Quirino cayó en picado desde el cielo, como una marioneta con las cuerdas cortadas.
Cayó con fuerza al suelo, empapado en sangre y cubierto de laceraciones que recordaban a heridas de cuchillo.
—¡Papá!
Aislin se lanzó hacia delante para ayudar a Quirino a ponerse en pie.
—Señor Yura, ¿qué pasó? —Ángel preguntó.
Era bien sabido que Quirino era el cultivador más poderoso de los presentes. Al ver su maltrecho estado justo después de entrar en el vórtice negro, muchos sintieron curiosidad por el calvario al que se había enfrentado.
—Hay un poder formidable. Las corrientes caóticas dentro del vórtice eran abrumadoras. Es imposible resistir ese poder. —El rostro de Quirino se volvió pálido, el miedo era evidente en sus ojos.
Todos quedaron atónitos ante sus palabras. Si Quirino no podía penetrar en el vórtice, la perspectiva parecía inútil para cualquier otro.
Un silencio mortal se apoderó de la multitud mientras todos los ojos permanecían fijos en el remolino negro, la multitud contempló los peligros desconocidos que acechan en su interior.
De repente, un hombre tomó la palabra.
—Lo intentaré.
Con eso, Jaime saltó hacia el abismo arremolinado. Su Cuerpo de Golem se activó, envolviéndolo en un brillo luminoso de escamas doradas.
Al adentrarse en el vórtice, una fuerza inmensa se apoderó de su ser, provocando que el pánico se apoderara de él mientras luchaba con desesperación por reprimirla.
La esencia dracónica del cuerpo de Jaime empezó a irradiar una luz brillante. Un dragón dorado brotó de su cuerpo, elevándose y dando vueltas a su alrededor, defendiéndose de las turbulentas fuerzas que lo rodeaban.
Al mismo tiempo, dentro de su cuerpo, un fénix de fuego desplegó sus alas, entablando una lucha feroz contra el poder invasor.
Abrumado por la intensa lucha interior, la vista del hombre se volvió negra de repente y perdió el conocimiento, desplomándose en el acto.