Diario de una Esposa Traicionada por Rocio H. Gómez

Capítulo 316



Capítulo 316 

No puedo evitar sentirlo en el corazón. Cuando me case con Isaac, no hubo fiesta de compromiso, y la boda la organizó Ricardo por completo. El solo apareció por compromiso. Tampoco fue algo tan grandioso, porque dijo que no quería hacerlo público. A la boda solo asistieron la familia Montes y amigos cercanos de ambos lados. Tan simple como una comida. Desde que nos casamos hasta que nos divorciamos, la gente solo sabia que él adoraba a su esposa, pero quién era ella, su nombre y apellido, casi nadie lo sabia. 

Controle mis emociones, retiré mi mirada, y de reojo via Isaac apareciendo con paso firme, vestido con un smoking a medida y su expresión era fria. 

habia d 

a que yo misma h 

diseñado. 

A su lado, llevaba del brazo a Abril, quien vestia el traje de novia 

Parecian la pareja perfecta y se velan deslumbrantes. Su aparición captó la atención de muchos invitados. Muchos querian acercarse a ellos para congraciarse. All content © N/.ôvel/Dr/ama.Org.

Pero Abril se acercó hacia mi con la postura de la anfitriona diciendo: “Señorita Coral, te llamamos hoy aqui solo por si habia algún problema de último minuto con el vestido que no afectara tu estado de animo, ¿verdad?” 

Leticia advirtió con voz suave “Abril, te aconsejo que no te amargues en tu propio dia especial.” Ella era muy competente en el trabajo y tenia buenas relaciones, pero personalmente, nunca fue alguien a quien se pudiera manipular fácilmente. Se podría decir que si nadie le ofendía, no ofendia a nadie, pero si alguien le ofendía, los perseguiria hasta el fin. 

Abril respondió fríamente: “Perdón pero, ¿te estaba hablando a ti?” 

“No te preocupes, señorita Monroy. La verdad es que me siento b 

bastante bien.” 

Tomé a Leticia del brazo, mirando fijamente a Abril y diciéndoles: “Les deseo felicidad en su matrimonio.” 

Quería que me dejaran de prestar atención. Ya no quería ser arrastrada a más problemas. Con la finalización exitosa de la fiesta de compromiso ese día, todo podria llegar a su fin. En todo momento, no dingi ni una mirada a Isaac. No queria, ni me atrevio 

Abril se sorprendió por un momento y me dijo: “No lo hubiera pensado, señorita Coral, parece que realmente puedes dejar las cosas atrás 

Ella sacudió el brazo de Isaac diciéndole: “Isaac, acaso ustedes no tenian solo un matrimonio por conveniencia, sin ningún tipo de sentimientos el uno por el otro? La señorita Coral debe tener a alguien más en su corazón. 

Isaac, como si hubiera escuchado un chiste, bajo la mirada hacia ella y sus ojos estaban frios mientras le decía: “¿Acaso no somos lo mismo? Solo un matrimonio de conveniencia, obteniendo lo que necesitamos el uno del otro.” 

Abril intentó hacerme quedar mal, pero la bofetada invisible terminó aterrizando en su propia cara Ella miró a Isaac coquetamente y le dijo: “¿Y qué? Al final, ya te divorciaste de ella. Pero tu y yo, una vez que nos caseros, nunca podremos separamos.” 

No subla si esas palabras eran para Isaac o para mi, pero obviamente no iba a quedarme alli y hacerme sentir incomoda mientras ellos coqueteaban, asi que me lleve a Leticia a un rincón donde nadie nos notaba. Después de eso, Abril no tuvo tiempo de molestarme más. Probablemente, su mayor intención ese dia era mostrare cómo se paraba al lado de Isaac 

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Capitulo 316 

Durante la ceremonia de compromiso, incluso pusieron una canción que me gustaba mucho. A medida que la voz del cantante narraba, mis pensamientos se dispersaron. Esa canción, la había escuchado innumerables veces antes, siempre imaginándome un futuro con Isaac, 

Pero… en un abrir y cerrar de ojos, él ya estaba al lado de otra persona, 

“Ah…” 

De repente, un grito sorprendido vino del escenario, y los invitados comenzaron a murmurar entre si. Pero, debido al estatus de ambas familias, nadie se atrevió a hablar fuerte, aunque sus expresiones ya eran variadas. De repente volvi en mi, solo para ver que el vestido de Abril se habla deslizado desde sus hombros, aunque lo atrapó a tiempo en su cintura, era casi como si estuviera desnuda. Las correas del vestido se habian roto, cayendo por todas partes. 

Mi cabeza zumbaba, y solo escuché a Leticia decir: “Dios mio. Cloé, ¿cómo pudo pasar esto?” 

Apreté la palma de mi mano y le dije “No sé 

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