Capítulo 195
Capitulo 195: La Señora Malinterpretó
En medio de la confusión, Lucia accidentalmente tocó el pecho y el abdomen de Santiago intentando secar el agua de su cuerpo. Santiago, con disgusto, agarró su muñeca.
-¡Ah… Sandy…!
Lucia, con dolor en la muñeca y una expresión de tristeza, miró a Santiago.
César observaba la escena con interés. Santiago intentó soltar la mano de Lucía, pero de repente, en su campo de visión, una figura familiar en la puerta del hospital lo dejó petrificado. ¿ Valentina… cómo llegó aquí? Mientras Santiago estaba atónito, César bromeó:
-Lucia no lo hizo a propósito, solo se preocupa por ti. Mira, la lastimaste.
Santiago parpadeó, como si temiera que César descubriera a Valentina, y rápidamente desvió la
mirada.
-¿Estás bien? -Santiago soltó la muñeca de Lucia.
Esta rara muestra de preocupación sorprendió a Lucía, quien rápidamente se recuperó y negó
con la cabeza.
-Estoy bien.
En el momento en que Santiago se quedó atónito, ella supo que Valentina ya había llegado. Lucia sonrió y extendió su mano para seguir limpiando su ropa mojada, pero esta vez, Santiago
levantó la mano para detenerla.
-Thiago… Santiago miró a Thiago.
Deliberadamente evitó mirar hacia la puerta, solo deseando que Valentina se fuera rápidamente, pero cuando no vio su figura, sintió como si su corazón estuviera siendo apretado, dificultando
su respiración.
-¿Don? -Thiago, alisando su ropa mojada, notó su malestar y preguntó con preocupación-: ¿
Te duele la herida otra vez?
Santiago respiró hondo y negó con la cabeza. En ese momento, deseaba seguir a Valentina, pero la razón le decía que no podía hacer ningún movimiento precipitado. Mientras tanto, en el pasillo del hospital, Valentina parecía haber perdido el alma, todo pasaba zumbando a su alrededor, pero
parecía no oir nada. Las imágenes de lo que acababa de ver resonaban en su mente, y una sonrisa amarga se formó en sus labios. Sabia que Lucia estaba alli, pero aun así, había venido corriendo. Pero al verlos juntos, no se atrevió a entrar. Alonso llegó apresuradamente en su
coche, encontró a Valentina en ese estado desolado.
-¿Valen?
Alonso tiró de su brazo, pero apenas tocó su cuerpo, Valentina se debilitó y estuvo a punto de caer, pero Alonso la sostuvo rápidamente.
-Valen, ¿qué te pasa? -Alonso estaba muy preocupado por Valentina.
¿Qué habia pasado exactamente? Valentina levantó débilmente la cabeza, forzando una sonrisa.
-Hermano, puede que tenga que romper mi promesa con abuelo. Pero él todavía podrá verlo…
Solo que no seria ella quien lo llevara, sino Lucia. Alonso no entendió lo que quiso decir y antes de que pudiera preguntar más, Valentina ya no quería hablar más.
-Quiero beber… -Valentina queria emborracharse, adormecer su dolor y poner fin a su pasado.
Respiro hondo y tiró de Alonso, como si de repente hubiera salido de su debilidad y tristeza.
-Vamos a beber, yo invito.
Valentina encontró un bar animado. En el bar, la música estridente dolla en la cabeza. Aunque normalmente no le gustaban estos lugares, esa noche se emborracho.
Luna, desde lejos, vio una figura que se parecía mucho a Valentina. Al principio no lo creyó, pero después de confirmarlo varias veces, pensó en lo que Aitana le había dicho aquel dia y una mirada maliciosa apareció en sus ojos.
-¡Qué pequeño es el mundo! -murmuro Luna.
Esa mañana, había ido a ver a Elara, quien la había regañado. Dijo que si no hubiera sido por lo
que Luna habia dicho aquel día, causando que sus amigas malinterpretaran a Valentina, no
habrían ofendido a la familia Valenzuela.
Después de insistir, se enteró de que Valentina se habia convertido en la nieta adoptiva de don
Raúl. No era de extrañar que Aitana le hubiera advertido con rodeos que no molestara a Valentina. Pero ¿cómo podria molestarla? ¡Ella estaba enseñando una lección!
¿Qué importancia tenia si estaba relacionada con la familia Valenzuela?
Podía que no pudiera hacer nada abiertamente, pero en secreto, había muchas cosas que podia hacer.
Luna miró a Alonso al lado de Valentina y llamó a Altana:
-Aitana, vi a Valentina, está bebiendo. Esta noche podría ser una buena oportunidad.
SONOU SI
Del otro lado del teléfono, los ojos de Aitana se iluminaron.
-¿En serio? ¿Dónde?
Luna mencionó el nombre del bar.
-Pero Alonso también está alli.
A Aitana no le importó, tenia sus propios planes para deshacerse de Alonso. Le dijo a Luna que esperara en el bar y colgó.
En el Hospital Serenidad.
Después de que la figura de Valentina desapareció, pasó un buen rato antes de que Santiago,
con la excusa de descansar, pidiera a César y a Lucía que se fueran.
En la habitación del hospital, solo quedaron Santiago y Thiago.
-Hace un momento, la señora vino -dijo Thiago, quien también habia visto a Valentina. En ese
momento, Lucia Valenzuela estaba secando el agua del cuerpo de don, y la señora
probablemente había malinterpretado.
-¿Quieres que alguien vaya a buscar a la señora para explicarle? -preguntó Thiago.
Santiago sabía lo que Thiago quería decir. No había podido mirar a Valentina más tiempo paral
evitar que César notara su presencia.
Sabía que la gente de Guillermo lo estaba vigilando, asi que en ese momento, por mucho que quisiera explicarle a Valentina, no podía hacer ningún movimiento precipitado.
Después de reflexionar un momento, Santiago ordenó fríamente:
-¿Mi hermano Guillermo aún no ha aprendido su lección? Bueno, esta vez, que aprenda una buena. ¿Cómo van los preparativos en Guadalajara?
-Don, todo está listo -respondió Thiago seriamente.
-¿Y aquí? -preguntó Santiago, refiriéndose a César.
No dejaría pasar a nadie que intentara manipularlo. Thiago se mostró preocupado.
-Todavía necesitamos tiempo. César no ha hecho ningún movimiento, no podemos atraparlo. Está en el hospital, las personas de fuera no han tenido contacto directo con él. Incluso si don lo confronta, si César lo niega y don Guillermo se aprovecha de la situación, solo le perjudicará a
usted.
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Santiago sabla cómo sopesar los pros y los contras. Normalmente, tendría la paciencia de esperar a que el otro lado se expusiera, pero la presencia de Valentina lo hacia imposible.
-Vigila de cerca a César. Si no tiene puntos débiles, crea la oportunidad -dijo Santiago con voz firme.
-Don… ¿vas a usar como cebo? -Thiago adivinó la intención de Santiago.
Santiago no respondió, simplemente sacó su teléfono y llamó a Dylan. Después de que el
teléfono sonara varias veces, Santiago colgó.
Dylan, con la excusa de haber dejado algo en la Villa Valenzuela, queria quedarse a vivir alli, pero al recibir la llamada de Santiago, miró el salón.
-¿Y Valentina? ¿Ya se fue a su habitación? -Dylan preguntó a Federico.
Federico se quedó perplejo.
-La señorita Valen aún no ha regresado, probablemente esté con el señor Alonso. El señor Alonso llamó antes, diciendo que no era necesario preparar cena para él y la señorita Valen.
Dylan pensó que Alonso realmente había aprovechado la oportunidad de estar cerca. Después de reflexionar un momento, se le ocurrió una excusa y llamó a Alonso. Justo cuando la llamada se conectó y antes de que pudiera decir algo, la voz de Alonso sonó primero:
-¡El Bar Perla, ve a buscar a Valentina!